miércoles, 15 de abril de 2009

Lo que el río se llevó

Me imagino que todos los de química recordemos el campismo del Boquerón –o como se escriba-, en Florencia. Fuimos varias veces y lo cierto es que no me acuerdo mucho de todo porque lo mezclo con las visitas que hice a casa de Romel también en Florencia.

Recuerdo que me impresionó mucho –nunca antes lo había visto- un palo que había en la terminal de trenes –o de todo- para amarrar los caballos, puro oeste.

En uno de nuestros campismos al Boquerón –no sé por qué- decidimos subir la montaña de los no sé cuantos escalones, tampoco sé por qué al regreso –en la bajada- quedamos atrás Fonti, Omar –un socio de Camagüey- y yo, pero no encontrábamos la salida y se empezaba a poner oscuro y comenzaba a llover.

Lo bueno era que nosotros veíamos el “campamento” y a los que allí estaban pero ellos a nosotros no. Luego de un buen rato tratando de encontrar la salida –tratando ellos porque yo ni idea de cómo salir- nos dimos por perdidos pero –tampoco sé por qué- entró el pánico en las filas,

Fonti y Omar estaban decididos a bajar como fuera, yo tenía la teoría que cuando no nos vieran en el camping vendría alguien por nosotros, Pititi, Romel, alguien del camping o Chichi en su yegüita blanca. Mi teoría se basaba en la realidad que yo en mi vida había escalado una montaña, no conocía esa, no sabía nadar y me daba igual pasar una noche allí hasta que me encontraran.

El caso es que mis colegas entraron en pánico y en cuanto encontraron un atajo por allí se lanzaron, Fonti se dio tal golpe que se le salió un pedacito de hueso en la espinilla –me imagino se acuerde de eso porque hasta a mi me dolió-, Omar se lanzó como poseído igual pero solo se rasguño un poco –lo mejor de él estaba por llegar-, yo seguí tras ellos y no recuerdo si me hice algo pero de verdad estaba mucho más calmado.

Llegamos a la falda de la montaña –o montañita- y como ya estaba lloviendo el río estaba crecido con una corriente bien fuerte, ya para ese momento nos habían visto y habían varios colegas –no recuerdo quienes- en el otro lado. Lo mejor hubiese sido esperar que escampara y que la corriente se calmara pero no había quien calmara a mis colegas, yo al no saber nadar tenía bien claro que esperaría que escampara.

Fonti se lanzó al río y la corriente lo arrastró hasta la otra orilla unos metros más adelante, yo me quedé pasmao, ni loco hacía eso. Omar desesperado –no sé por qué- le dio un arranque de locura y plafff se lanzó con tan mala suerte que tropieza, se enreda en una cerca y pierde un zapato, ya me empezó a dar risa y me reí pero daba miedo.

Más de uno me criticó por las risas pero deben ser los nervios que todo me da risa además… por qué no esperó que escampara. Este se fue sin el zapato luego hasta Camagüey porque solo traía su par de “alpargatas”, una se la llevó el río, y un par de chancletas sui generis de aquellas con suizas (o cómo se escriba) inventadas en casa, la odisea que pasó no fue fácil.

Ante esa situación esperaría que escampara pero varios de los que estaban del otro lado del río me alentaban a que lo cruzara –muchos medio borrachos ya a esas horas de la tarde-, el caso es que me negaba hasta que alguien dijo, bueno mañana volvemos, parece que pensé bien lo que era una noche solo, bajo la lluvia, con los cuentos de fantasmas, los mosquitos, etc en esas montañas y me dije… lo cruzo.

Por suerte alguien tiró una cuerda –no sabía nadar mucho menos con esa corriente- al otro lado –donde estaba yo-, me agarré de ella y al río, dos segundos y ya la corriente me había lanzado a la otra orilla, por suerte me había amarrado bien los zapatos y llegué con ambos a la orilla, porque yo ni chancletas extra llevaba.

Aún creo que en situaciones “críticas”, lo mejor es mantener la calma y… apretarse los zapatos.

2 comentarios:

elbrother dijo...

Socio, yo me acuerdo de esa película pero no con todos los detalles. Me acuerdo que esa loma la habiamos subido Fonty y yo en 2 ocasiones anteriores, fue la primera vez que vi un tocororo, por lo que no me preocupé cuando me dijeron que ustedes estaban perdidos allá arriba pero que andaban con él. Al parecer con el susto se le olvidó la salida, jajaja. Realmente se pasó un mal rato. Creo que hasta estaba tronando y estaba al llover. Me parece que es la misma historia, de lo contrario hay 2 muy parecidas.
Saludos

DW dijo...

Me imagino es la misma y claro estaba lloviendo mucho y tronando por eso el río estaba fuerte, cuando subimos o no había río o estaba suave de lo contrario yo no hubiera pasado y creo que Fonti había dicho que mejor bajabamos por optro camino "más rápido" por eso se perdieron, digo se porque yo me hubiera perdio por cualquiera.