viernes, 20 de marzo de 2009

Tres Guajiros en la Habana (IV)

A esa hora con ese recado, pero bueno, no hay nada imposible para los que luchan, eso decía un cartelón más grande que el capitolio enfrente a nosotros, y así mismo fue….

-Tranquilos, están llegando gente de la universidad, esperemos que de un momento a otro llegara el socio.
- ¿Tú crees flaco?
- Yo no sé si creo, pero quiero que llegue ya.

No pasaron 10 minutos y por suerte, llegó Juan Carlos, el socio más querido y deseado por nosotros en esos momentos.

-¿Que bolá flaco?
- Aquí acere, locos por qué llegaras.
-Tranquilo, ya estoy aquí.
-Menos mal.
- A ver, ¿qué quieren?

A esa hora decirnos que queremos, dios mío, ya me daba miedo hasta decir que queríamos, estábamos hasta supersticiosos ya.

-Eh… mira llegamos hoy mismo.
-Está bien ¿y?
- Fuimos a los hoteles y tú sabes...
- Anja ¿y?
- Compadre que no tenemos donde cono quedarnos y contamos contigo (pobre Juanca).
- Tranquilos guajiros que donde duerme uno duermen tres, ustedes tranquilos, miren ven esa vieja que esta allá (se refería a la portera), le dicen la bandera, pues como el poema de José Martí, La bailarina española …porque si está la bandera no sé yo no puedo entrar…, con esa vieja nadie puede pasar.
- ¿Y entonces?, ¿cómo hacemos?
-Yo le diré que ustedes solo vendrán a bañarse y ya, ¿está bien?
- Dale, entremos ya por favor.

Y así fue, entramos al gran palacio deseado, lindísimo el edifico, estaba mal reparado, pero para nosotros era un palacio, el elevador estaba roto, pero que más nos daba subir unas cuantas escaleras, total, si lo que queríamos era quitarnos toda esa ropa sucia, bañarnos y comer algo. Llegamos a no sé qué piso, y entramos a la habitación del socio

- Miren solo hay una cama, pues este tipo salió de pase para su casa. Pero veremos si en otros cuartos hay camas vacías.
-Está bien no hay problemas (dijimos).
-No se muevan de aquí, ya vengo a ver si veo alguna cama.
-Yo duermo aquí. (Dijo Bruno)
-Si como no, ya dormiste y roncaste también, (le respondí).
-Yo no voy a dormir en otro cuarto (dijo Julio).
-Bueno no empecemos, el lío es dormir, así que no discutamos ¿ok?
- Si pero no quiero dormir separado de ustedes........

En vez de tres guajiros parecíamos tres no sé qué, ni que estuviéramos enyugado como bueyes o pegados con cola loca.

- Bueno, ya les conseguí (dijo Juan Carlos), en el piso de arriba hay una cama y aquí en otro cuarto hay otra, resolvimos al fin ¿verdad?

Nadie habló, era como si en medio del desierto te dijeran, uno va para aquella punta, y el otro para la otra y tú te queda en el centro.

- ¿Que bolá?, ¿no iban a dormir aquí?
- Si, pero queríamos dormir, tú sabes en un mismo lugar Juanca.
- Coño pero, el lio es dormir compadre.
- Si pero tú sabes, es que no conocemos.
-Pero, ¿y ustedes se van a perder en menos de dos metros o qué?
- No, pero tú sabes.
- Ok ok si quieren, en la noche cogen los colchones y lo ponen en el balcón y duermen allí los tres, ¿les cuadra?
- Siii, tremenda solución.
-Oye loco, ahora queremos bañarnos.
-¿baña, qué? , aquí ni agua hay, tienen que ir al segundo piso y con un cubo buscar el agua.
- ¿Ehhhhh? al segundo piso (nosotros estábamos en el 8 creo).
- Si, al segundo piso, y deben apurarse pues más tarde se acaba.

Ya tú sabes empezaba la odisea, porque para el cubano si no hay problemas la vida es aburrida, estamos cono hecho para saltar barreras, brincar obstáculos, resolver problemas, créanme que eso lo he comprobado durante toda mi vida, es una ley, sin excepciones, yo la nombraría LEY CUBANA DE LA VIDA, .

Y así fue, el negro Julio fue y cogió el cubo y buscó un cubito de agua, Bruno y yo, de guajiros no queríamos ni bajar del edifico, y le dijimos al negro que no gastara el cubo para ver si podíamos bañarnos… los tres. Pensaran que no, pero el negro no escatimó y se tiró agua hasta por las pestanas, así y todo, me bañé yo y detrás y Bruno, el lío era aunque sea, mojarte, echarte jabón y secarte, increíble.

Nos vestimos y Andar la Habana, guajiros al ataque, ya era de noche y los guajiros tenían que explorar el terreno.

-Vístanse rápido pa ver que comemos por allí.
-Está de furia ese pantalón Bruno eso esta tubito, que guajirada, ¿no pudiste traer otro acere?
- Y esos tenis tuyos flaco, ¿de dónde coño lo sacaste?, Van Van 1970 y hasta parecen que están sucios.
- Ven acá negro ¿y tú te hiciste santo? ¿Qué coño haces vestido de blanco entero?

Comentarios y más comentarios, nadie estaba bien vestido según nosotros, pero los únicos que se fijaban en eso éramos nosotros, los guajiros. Para mí los habaneros son tremendos felicianos en ese punto, tu vístete como te de la gana, a ellos no le importa nada, hay que reconocer que eso de que te queda bien que estas cruzado, que si eso pega , qué si está sin planchar la ropa, que si está sucio el tenis, etc es de guajiro, los habaneros na de na, los admiro.

Siiiiiii, libresssss, libress frente al edificio los tres, sueltos y sin vacunar, pelos sueltos y carreteras, que rico, que aire de mar, que bonito todo, ¿y?Teníamos hambre, estábamos muy contentos ¿y?

- ¿A dónde vamos?

¿A mojarse el dedo con la boca y seguir el viento?, sacar un mapa y ver dónde queda algo para comer

- Pues, caminemos y preguntemos, por lo menos sabemos que si caminamos para el malecón solo comeremos cangrejos y pescados, así que caminemos en sentido contrario.
-¿Trato hecho?
- Trato hecho.

Y así empezó la primera noche en la capital, sin olvidarnos que al otro día teníamos una misión que cumplir, visitar la embajada de Rusia y hablar con Yuri, debíamos estar bien descansados, para estar lo más pronto posible en nuestro objetivo.

Continuará.....

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