jueves, 12 de septiembre de 2013

Los 73 del 88



  Hola a todos. Esta creo que es la segunda vez que me animo a escribir algo en este blog, como post, quiero decir, ya que con el “monochat” de vez en cuando me he animado… Aunque en nuestra “época dorada”, recuerdo que me gustaba mucho escribir, hacer composiciones e ir a concursos de literatura, todo lo cual me valió que nuestras ilustres profesoras me profesaran una carrera de letras…no lo hice, me gradué en Ciencias y por si fuera poco, NUNCA más escribí algo que no fuera “scientifics papers”, unos con más acierto que otros, como es natural. Sin embargo, este fin de semana pasado ocurrió algo que, no sé si por nostalgia o por voluntad propia, me ha levantado nuevamente el deseo y la necesidad de expresarme con “los debidos floreos de la lengua Cervantes”. Es lo que voy a contar ahora, para que lo lean los que tengan tiempo, los que quieran, los que les interese o los que también recuerdan nuestro pre “como una época dorada”.
 Como algunos saben, y también por la primicia que dio Carlitos hace unos días, estuve el viernes pasado 5 horas en Berlín. Estaba de paso para encontrarme con algunos familiares en Suecia por el fin de semana, ya que de momento ando por Trieste, en visita de trabajo durante un breve periodo. Seguramente muchos convendrán conmigo, que estar encerrado 5 horas en un aeropuerto, no es el anhelo de casi nadie, así que me dije, “hay una ciudad hermosa ahí por recorrer”, pero,  ¿a quién llamar?. Ahí empecé a recordar y creí haber leído que “el Carlillo” andaba por estos lares…y a menos de 24 horas de la llegada lo llamé, advirtiéndole que “por favor no se sintiera presionado”, yo estaba consciente de haber avisado tardíiiiiisimo. Pero ahí estuvo él, tan buena onda como siempre, con unos cuantos pelos menos pero con la misma sonrisa y ojitos claros, pícaros y cálidos de siempre, esperando por mí en la puerta de Tegel. 

De los sitios visitados Carlitos va a quedar autorizado de publicar las fotos que quiera, no es lo importante que tengo para contar acá. Valga decir que me impresionó estar en la Berlín oriental que 29 años atrás visité, encima de eso ahora sin muro, y pudiendo además darle a mis ojos la dicha de mirar lo que quedó sin ver la otra vez del otro lado, por “prohibido”. No puedo dejar de resaltar las cualidades del anfitrión “que haciendo gala de su excelente formación en procesos de optimización”, optimizó tiempo y recorrido de un modo insuperable, para en menos de 4 horas no dejar de ver lo que había que ver, en medio de una charla tan amena como fructífera.
 Para mí lo que verdaderamente va a quedar en la memoria es el encuentro hermoso con un amigo que no veía desde hacía tanto tiempo…y aunque dijo Gardel “20 años no es nada” (en realidad son 25 los transcurridos), prefiero adherirme al poeta Neruda cuando dijo “nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos…”.Bueno, claro que no somos los mismos, hubo un momento que le dije, Carlos, no acerques tanto la cámara, que se van a sumar muchas arrugas…por lo demás, créalo quien quiera, no sentí que estaba al lado de una persona que por no haber visto nunca más ya me era ajena. Sirva decir que no paramos de hablar durante las 5 horas, ni un segundo,…de qué…pues imagínenselo, de él, de mí, de ustedes, de las familias de nosotros, de los profes, de Cuba, de afuera…En cierto momento me confesó que alguien muy cercano le había preguntado ¿y es comunista la chica que viene? A lo que él le respondió, “es mi amiga de Yabú 4”. Creo que sobran comentarios…, los 73 del 88 saben de qué estamos hablando. Han pasado 25 años, nos diferencian religiones, ideologías, orientaciones sexuales, razas, preferencias y N cosas más, pero nos sigue uniendo el haber sido parte de una generación que creció con muchas carencias materiales pero con VALORES, buena educación y vergüenza.  
   Solo me apena que el tiempo fuera tan corto. No alcanzó para aceptarle a Carlitos una vuelta en moto por otras partes lindas de Berlín. Me siento feliz de que el espíritu aventurero de los 18 aún me alcance para eso, pero nada Carlitos, será para la próxima, es sin duda un buen pretexto para volver, cuando Dios quiera. 
 



No hay comentarios: