jueves, 3 de diciembre de 2009

Camaguey (I)

Agua santa de este suelo
En el que se meció mi cuna,
Agua grata cual ninguna,
Que bajas pura del cielo.
Yo te beso con anhelo,
Casi con mística unción,
Pues creo que tus gotas son
De mi madre el tierno llanto
Al ver que te quiero tanto,
Camaguey, tu corazón.

Salimos de Trinidad rumbo Camagüey, dejamos el Hotel y de nuevo acomodamos nuestros ladrillos en el coche –menos mal que el maletero era amplio- y zas rumbo a la tierra de los tinajones.

En el camino “entramos” Sancti Spiritus pero solo di vueltas y más vueltas porque no pude aparcar y estábamos con prisa, además allí las calles son tan estrechas como en Camagüey, con la diferencia que no conozco la ciudad.

Al llegar a Camagüey, ya en la noche, nos recibió –como durante casi todo el viaje- un buen aguacero, antes de llegar a mi casa se me ocurrió enseñarle a mis acompañantes la casa de mis padres –donde algunos de ustedes pernoctaron en algún momento- y al salir del reparto como estaba todo inundado por las lluvias pensé que no saldríamos o que el coche se apagaría, el agua literalmente entraba por la parte de debajo de las puertas.


Llegamos a la casa, ya mis padres estaban nerviosos por la tardanza, y ya el cielo era más azul –a pesar de la noche-

Mis padres como la mayoría están cada vez mayores y más peleones pero eso es proporcional al cariño que siento hacia ellos. Todo fue muy bonito durante la estancia en mi casa menos el colchón que me tocó, pues mi padre tuvo la gran idea de cambiar uno viejo que tenía por dos “nuevos” y algo de “dinero” pero parece que tenían una tabla dentro, dormir bien esta vez en mi casa no dormí, por suerte creo que ya cambiaron el colchón.

También conocí al nuevo miembro d ela familia -Yanko- un perro que tiene su historia, pues vivía en la calle -porque sus dueños no lo dejaban entrara a la casa-, era golpeado constantemente y comía lo que mi padre le llevaba a diario, hasta que un buen día -luego de insistir se lo dieron a mi padre, ahora es un perro casero y muy pero muy tranqulio, ladra poco, para cuidar la casa no es muy bueno pero no es tampoco su función. Ha aumentado algunos kilogramos y la gente del barrio dicen que el perro se fue pal yuma -no lo digo yo lo dicen los vecinos-

Mi ciudad la veo igual, hasta más bonita –debe ser porque la quiero-, de mis amigos y familia no siempre puedo decir lo mismo por desgracia.

Fuimos al parque Agramonte, la catedral, la Plaza San Juan de Dios -allí almorzamos en un restaurant "La campana de Toledo" bien bonito y no tan caro-, iglesia de la Caridad, plaza de las Mercedes, Casa de Agramonte y un largo etc.





2 comentarios:

El German dijo...

Hola DW:
Mientes las fotos, o es que realmente el pullover te queda algo "estrechito" por la cintura? :-). Es Violeta tan buena cocinera?

Anónimo dijo...

No mienten German, en ese momento pesaba 72 kg, ahora en Germany gracias al baseball he bajado un par de Kg, aunuqe aún pa mi toy flaco ;-)